Cuando hay legislaciones piadosas y condescendientes con los delincuentes, junto con nacionalismos exacerbados, la ira popular de la derecha se transforma en extrema derecha, y la indignación de la izquierda se vuelve fascismo y nazismo, excrecencias producidas por el socialismo, igual que el comunismo.
Al final, los extremos de la derecha y de la izquierda se unen para luchar contra legislaciones que facilitan, por ejemplo:
Que se le aplique la ley de menores a criminales de hasta 21 años de edad, como se aprobó días atrás en el Senado español.
Que se le reduzcan las penas a los delincuentes, considerándolos víctimas, y que se acuse de fascistas a quienes exigen endurecer las leyes.
sábado, 14 de octubre de 2006
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