domingo, 3 de septiembre de 2006

VIAJES 'SOCIALES' SENEGAL, S.A.

Pasan ya quince días del viaje del ministro del Interior a Senegal para controlar a los engañados que buscan otro mundo posible y el problema sigue y sigue...
Las peculiares agencias de viaje senegalesas siguen haciendo su agosto en septiembre con sus viajes a bajo precio, aparentemente ajenos a la situación en que ya estaba el paraíso, sobrepasado ya el overbooking...moral y la ignorancia temeraria.
("¡Regularización sin condiciones de todos los sin papeles¡")
Y ahora piden que Africa debe hacer más para parar la inmigración.


Con motivo de un texto previo, de hace unos días, Manderley decía que que no veía fácilmente soluciones al problema.
Pero las hay ó, mejor dicho, pudo haberlas.
Puestos a pensar en alternativas y dada la situación personal que en general deriva, como mínimo, en una más que comprensible nostalgia de su tierra, lo que implica cierto arrepentimiento, cuando no son devueltos recién llegados, caben ó, mejor dicho, hubiesen sido posibles dos líneas de trabajo,a grosso modo y evidentes.
Una: la del desarrollo de/en sus propios países.
Dos: ya que la primera parece difícil, la del mejor acogimiento posible en el 'paraíso', que para algunos, sin maldad, necesita de restricciones a la libertad.
En el primer ámbito, desde una perspectiva liberal, la alternativa a la desbandada debiera partir de la instauración de un conjunto de normas jurídicas y el mantenimiento de instituciones sociales que fomenten la meritocracia y la iniciativa personal y limiten los abusos, abusos que provienen, en ocasiones, de ancestrales costumbres de muy difícil eliminación. En la 'agenda de trabajo' debiera conservarse el derecho de herencia, que, por el contrario, como todo comunista, socialista y anexo sabe, sería lo primero que eliminaría un régimen de corte socializante, estatalizador y totalitario. (No estaría este blogger de acuerdo con tal sistema, por cuanto conllevaría de arbitrariedad y dolor, así como de ineficacia).
Asímismo cabe la sofisticada distribución de fondos internacionales para su inversión en estos países, lo que ya se lleva en práctica, al menos, durante el último siglo. No se puede olvidar, en este caso, en sentido contrario a la rentabilidad, la derrama inherente al proceso burocrático ni, por desgracia, la maldad de algunos intervinientes (recuerdo un caso, allá por el 80 y tantos, publicado en EL PAIS,de un dictadorzuelo, creo que del antiguo congo antiguo belga, que recibió los fondos ¡y se construyó una estatua en medio de la capital¡);costó millones que en esas tierras pueden dar mucho de sí. Habría de tenerse en cuenta, como 'brazo' adjunto del esquema, el fundamental papel que desempeñan las ONGs honradas (presupongo que la inmensa mayoría lo son) que, aunque revestidas de un manto caritativo, en mi opinión, sin embargo, con un concreto y legítimo beneficio (crean puestos de trabajo, mueven 'economías'...), cumplen un factor primordial de desarrollo de la riqueza en sentido amplio. Nada hay que objetar a esta medida.

Pero, crucemos ahora el Estrecho...


Respecto del 'mejor acogimiento posible en la tierra 'de promisión' intuyo que el problema se puede desenvolver entre mecanismos sicosociales más complejos, por cuanto, de entrada, el/la inmigrante ya llega con los lastres del desarraigo, la incertidumbre ante su objetivo y la pérdida de orientación generada durante el traslado por entornos arriesgados, peligrosos.
Una vez llegados al destino comienza la 'política' (y aquí es donde pretendía incidir con mayor ó menor acierto en el 'post previo). Una política que no debe cejar en la exigencia de tratar humanamente a todos, pero humanamente quiere decir en justicia y no bajo la demagogia que ha facilitado el juego ilegal de , como más visible aunque nó único exponente, empresarios sin escrúpulos que han rentabilizado sus negocios gracias al esfuerzo de miles, cientos de miles de inmigrantes que, nunca peor dicho, han trabajado como negros.
No es/era moralmente aceptable llamar mediante 'cantos de sirena' mediáticos a quienes sienten/sentían necesidades cuando no se les puede/podía acoger razonablemente bien (con trabajo, vivienda y libertad, de lo que aquí disponemos (en los relativos grados que permite cualquier generalización, aunque categóricamente comparables).
Ni es jurídicamente aceptable (a)traer al supuesto 'paraíso' a personas con antecedentes penales, con inclinación al delito actúen donde actúen, en el infierno africano ó en el paraíso noroccidental.
Ni es socialmente asumible tener que convivir con el miedo a los otros cuando es difícil ser 'valientes' entre nosotros mismos y, además, hay que combatir con los problemas propios del día día.
Pero, sobre todo, -en este mundo donde los medios de comunicación responden a la partitocracia y donde la monarquía de los intereses presiona a la baja a la república de las ideas-, es menos aceptable aún que el político de turno, desde el acorazado púlpito del cargo, reparta un inexistente 'café para todos', cuando no se erige en captador de votos para seguir instalado en su torre de marfil.
Cuando estaban en la oposicion pedir 'papeles' era xenófobo, de 'fachas', contrario a los derechos humanos (¡)...

Y de estas reflexiones surge el recuerdo personal de cuando cierto exministro, henchido de ultrasolidaridad, cuando el gobierno central era de signo distinto, aseguró que daría papeles para todos, en un Pleno regional en 'la tierra del miedo'.
La demagogia partidista ante los problemas de una persona concreta, -nó de the mankind,nó-, generan estas consecuencias, reflejo de la calidad moral de una sociedad de la que, a mi pesar, formo parte.

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