La reacción en la Europa de la dhimmitud y la permisividad rayana en lo obsceno, si nó en lo ilegal,ha sido tan tibia que demuestra que estamos 'un poquito' muertos, no sólo desde un punto de vista social , sino también moral. Y eso que, de momento, no somos 'iguales'.
No es este blogger quién para moralizar constantemente sobre algo tan vertiginoso y, por lo que se ve, de hediondo tufo, como la sociedad que le ha tocado vivir. Pero hay hechos que provocan la simple pregunta de "¿hasta qué punto debemos aguantar?", una cuestión que contiene una profunda carga moral. También surge otra duda: ¿Tenía razón Cristo en que cuando te den en una mejilla has de poner la otra???
Pues parece que en algo cercano estamos. Alguien nos está poniendo, una vez más, en la tesitura de elegir entre una larga historia de conquista por la grandeza de la persona ó una cruel aventura en busca de no se sabe qué.
Leía en Instapundit un comentario de Glen Reynolds que dice:
"Ninguno de los clérigos radicales acepta la excusas de Occidente y ninguno de sus radicales seguidores lee la prensa occidental. En cambio, los políticos, escritores, pensadores y líderes de opinión occidentales debieran acabar con las excusas y comenzar a unirse".
"Ciertamente, estos principios parecen 'bonitos'- "estamos a favor de la libertad de expresión y contra la violencia"-, pero estos días posteriores al sermón del Papa no les he escuchado pronunciarse como un coro unánime. Se ha empleado más tiempo analizando lo que el pontífice quiso decir ó tenía que haber dicho ó debiera haber dicho..."
Reynolds me ha recordado que mientras sí que se han producido en los últimos meses pronunciamientos de las élites en 'Occidente' en favor de alguna causa, en esta ocasión, como los tontiastutos Daladier y Chamberlain en la Segunda Guerra Mundial, ha habido quienes se han dedicado a cuestionar el sistema social, más que religioso (pero es que no lo quieren comprender?), que le permite decir lo que dicen, pero a lo que en mi opinión debieran haber añadido dos expresiones: una de apoyo al Papa y otra de reproche, ja,ja,ja, (triste carcajada) a los ayatolás y demás ralea erigidos en luz moral y ejemplo de convivencia para el mundo mundial. Y mientras, ellos siguen riéndose a troche y moche de 'nosotros'...
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