Antorchas y soflamas se propagan por el mundo de la irracionalidad mientras en Occidente se vive el descanso del sábado y en El Vaticano han decidido aumentar la vigilancia.
No contentos los líderes musulmanes con la quema de templos católicos y ortodoxos, las arengas para matar a la persona del Papa han comenzado.
Las (muy discutibles) disculpas no han sido suficientes.
Ni siquiera las explicaciones de la canciller alemana.
Angela Merkel ha dicho que Benedicto XVI ha dejado claro su irrenunciable compromiso contra el uso de la violencia en nombre de cualquier religión.
Mientras unos utilizan la palabras otros usan fuego, piedras y, a veces, bombas para protestar.
Observadores:
Gatewaypundit
Tigerhawk
Michelle Malkin
sábado, 16 de septiembre de 2006
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