Con ánimo claramente provocador para movilizar mentes dormidas ofrezco este texto del profesor Ceaser sobre la genealogía del antiamericanismo, más que un prejuicio una ideología que está dañando a la sociedad europea más de lo que se puedan creer los intelectuales salvapatrias cuyo deporte favorito, por cierto, es atacar, desmontar lo que los tiempos y las sociedades han construído para, al final, abandonar a sus seguidores en el vacío.
El profesor, contra la corriente aparentemente imperante, expone las relaciones contemporáneas entre el sarampión antiestadounidense en los prolegómenos de la intervención militar en Iraq, con el acierto, a mi juicio, de que , de paso, ilustra por contraste la bajeza moral de tantos intelectuales y políticos, (alguno ni se levantó al paso de la bandera de los EE.UU delante de sus narices), quienes, quizá conocedores del juego sucio del programa Petróleo por Alimentos (OFF), miraban para otro lado mientras millones de seres humanos en ese país gozne padecían la escasez provocada por el mas rastrero interés mercantilista.
El profesor, además, explica los orígenes filosóficos del antiamericanismo de manera tal que se observa con facilidad la envidia que anida en un continente en continuo deterioro por la laxitud moral y ética de gobernantes y clases influyentes.
Para Ceaser hay cinco 'jardines' donde han crecido el odio irracional a lo estadounidense, la esquizofrenia interesada de los europeos y los movimientos de masas contra el tío Sam.
Cinco son estos sustratos:
1. La supuesta degeneración propalada desde el viejo continente y ni siquiera defendida por Franklin y Jefferson en los albores de los Estados Unidos.
2. El ultranacionalismo patriotero de destacables literatos europeos durante el siglo XIX.
3. El racismo europeo contrario al melting pot ó amalgama de razas y culturas propio de los Estados Unidos.
4. El supuesto espiritualismo europeo como fundamento supuestamente superior al desarrollo tecnológico americano.
5. La concepción, durante la posguerra mundial del 39 al 45 y la guerra fría, de Estados Unidos y la Unión Soviética como los ejes del mal.
Concluye el profesor Ceaser:"No sólo el antiamericanismo imposibilita la discusión racional sino que amenaza la idea de una comunidad de intereses entre Europa y América. En realidad, amenaza la idea misma del Occidente. Según los extremistas del antiamericanismo, no hay la comunidad de intereses entre los dos lados del Atlántico porque Estados Unidos es un lugar diferente y extraño".
Más bien, diría yo, que en esos momentos y también en la actualidad lo que el antiamericanismo extremo esconde es un potente juego de intereses entre poderosos al margen incluso de sus propios estados. ¿Cabría incluir ahí a los propios Estados Unidos?
El poeta romántico Heinrich Heine escribió:
"Algunas veces pienso
zarpar para América
esa pajarera de la libertad
habitada por brutos que viven en igualdad".
viernes, 21 de abril de 2006
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