"La libertad de expresión es decir lo que la gente no quiere oír"
Si atendemos al cuarto párrafo de la crónica que extracta el último Informe de la Asociación de la Prensa de Madrid, que indica "que Internet es el medio del que más se fían los menores de 29", se pudiera deducir que gran parte, al menos, de la libertad de expresión descansa en la red, que quienes están interesados en conocer cómo vive la sociedad en ese tramo de edad tienden a confiar menos en sus mayores que en sí mismos y que, inmadura y cobarde, una parte de este país 'no quiere oir'.
Sobre todo no quiere oir lo que no le venga bien a sus intereses en cuanto al crímen de lesa humanidad del 11-M, un grave problema sobre el que se ciernen, atentando contra el futuro de la sociedad española, serias amenazas y del que, por desgracia, dependen el resto de libertades colectivas y, más duro aún, actitudes personales.
Un crímen que se atribuye ora al ámbito etarra ora al islamista, en cualquier caso, ambos 'de izquierdas'. El etarra porque se declara nacional y socialista. El islamista porque se declaró contra quienes califica de fascistas (término y concepto que, como cualquier persona mínimamente sagaz sabe, en sustancia y desarrollo se definen y concretan más adecuadamente en la falta de libertad que , por el contrario, en su noble ejercicio).
Con sus propias palabras (y hechos) se sitúan donde mejor les place. Y para ello no les faltan ayudantes que ejercen de sordina interesadas, absurdas y de escasa catadura moral e intelectual , con cuya actitud ejercen un claro perjuicio a la sociedad y sus individuos.
"Parece que cada vez son menos los periodistas que desnudan el populismo, impugnan el socialismo, cuestionan a los gobernantes y denuncian la corrupción. Quizás por ello aumentan las publicaciones que se derrumban frente a la red Internet, la cual se distingue por su vigorosa libertad económica y de expresión, así como por su independencia del poder. No hay futuro en el socialismo".
(Porfirio Cristaldo Ayala).GOYA
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